Desde niña cree una ventana a a mi propio universo donde las cosas vanas perdía contexto, el tiempo una parábola descubierta por mis sueños, la Luna poderosa fuente aniquilante de tormentos.
Un día la lluvia llego fresca en horas de luna nueva, me susurro al oído que el mundo estaba conmigo si me lo quería adueñar, que bastaba con que lo cuidara como una mujer al hombre que en su vida jamas olvidara.
Corrí dejando todo cual cenicienta a la media noche, despojándome de cada breche que a mi niñez me atara
y entregarme por completo al mundo que entre tanto me esperaba.
No niego que hubo derroche a cada atardecer, la Luna me enseño a ser mujer y el mundo me dio goce hasta aquel amanecer que se hizo presente cupido y sin permiso concedido te trajo a mi presencia y el amor no mostró carencia al encender mi corazón, el frenesí y la pasión en tus manos cogieron vida, y así cambie por tus ojos y tu piel al mundo y a mi Luna querida,
Como llegaste te perdí, sin avisos , ni palabras, mi corazón nunca fue morada para tu fugaz ilusión, conocí la desolación, la tristeza y depresión por mi alma abatida, el desengaño la dejo vacía por tal devastacion que el mundo me tomo en sus brazos, hizo mares con mi dolor.
Mi querida Luna no soporto ver tal llanto, me envolvió en su palidez haciendome parte de ella, y aquí estoy cada luna llena acompañandola en su desvelos.
Des ves en cuando en mi se vuelve mujer al tomar furtiva algún trovador amanta de poesías tan solo por una noche. luego regresar al templo de luna escondida
Gia Amsara
No solo el amor llega y se va como describes, a veces sin darnos cuenta pasa la vida sin apenas percibirla, como un tren de alta velocidad, cuando nos damos cuanta solo vemos el ultimo bagon.
ResponderEliminarObserva desde esa venta el universo que creastes y sigue creando textos tan bellos.
Gracias por tu visitas y tu comentario linda.
muakkkkk
Chely
hasta tus comentarios son poemas
ResponderEliminargracias amiga por estar aca